Hipermetropía

unidad de glaucoma

La hipermetropía es un defecto de refracción en el cual las lentes del ojo (córnea y cristalino) enfocan la imagen por detrás de la retina. Habitualmente, ocurre porque el ojo es más pequeño de lo normal (Figura 1). Sin embargo, el cristalino puede compensar la hipermetropía. El músculo ciliar, que tenemos dentro del ojo, puede contraerse y eso ayuda al cristalino a que logre renfocar la imagen en la retina. Por eso, la gran mayoría de hipermétropes ven bien, tanto de lejos como de cerca, ya que gracias a la acción del músculo ciliar enfocan la imagen en el sitio correcto. De hecho, se considera normal tener alrededor de una dioptría de hipermetropía y la gran mayoría de personas sin gafas son realmente hipermétropes, que compensan todo el tiempo su graduación.

Sin embargo, esta contracción continua del músculo ciliar para enforcar la imagen puede provocar que algunos hipermétropes puedan tener síntomas como dolor de cabeza, cansancio visual o visión borrosa cuando leen o estudian. En estos pacientes es necesario corregir con gafas o lentillas parte de la hipermetropía, para que el paciente pueda ver bien sin que el músculo ciliar tenga que hacer tanto esfuerzo. Solo los pacientes que presenten estos síntomas, los que tengan hipermetropías muy elevadas, pacientes con estrabismo u ojo vago necesitan gafas. Es importante saber que el uso de gafas o lentes de contacto no cura la hipermetropía, que el uso de gafas no vuelve “vago” al ojo y lo hace dependiente de gafas, y que el uso de gafas no favorece que aumente ni disminuya la hipermetropía. Dependiendo de la cantidad de hipermetropía puede ser necesario utilizar gafas todo el tiempo o solo para determinadas actividades. En la edad adulta, la hipermetropía, al igual que otros defectos de refracción, se puede corregir mediante cirugía, siempre que el paciente reúna una serie de características.

hipermetropía

Habitualmente los niños pequeños tienen una hipermetropía elevada y esta va disminuyendo con los años. Alrededor de los 8 años, suele estabilizarse. Si un niño de esta edad tiene una hipermetropía de +1,00 dioptría o más, suele permanecer estable para toda la vida, por lo que podemos quedarnos tranquilos en cuanto a la estabilidad de su graduación. Si un paciente tiene menos de +0,75 dioptrías de hipermetropía a los 8 años, podría convertirse en miope y hay que seguir vigilándole y tomar medidas para intentar evitar la aparición de miopía. Estas medidas incluyen disminuir ratos largos de actividad visual cercana, descansar los ojos mirando a lo lejos y exponerse a luz natural (exteriores) el máximo tiempo del día posible.

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